lunes, 17 de octubre de 2011

La primavera se asoma, las vacas engordan

Por Eliana Cabezas

Los rayos de sol calientan el asfalto, los colores parecen cobrar vida y el tango se convierte de pronto en la música más escuchada. Todo indica que son tiempos de temporada alta, que los domingos están mas cerca del asado que de la polenta. Sin embargo, los feriantes saben a la perfección que no es más que una hermosa ilusión.
 La confusión está muy lejos de asomarse, la sabiduría es la que domina. Aquellos hombres de tez tostada conocen como la palma de su mano el procedimiento. Primero amenaza el otoño. Luego, el invierno se convierte en el autor material del hecho. Y finalmente, aparece la justiciera primavera, que se encarga de hacer engordar a la horripilante “vaca flaca”.
 “Son tiempos difíciles, hace rato que no se vende nada. Eso que últimamente nos tocaron días soleados con altas temperaturas”, confiesa Alberto Zárate, un joven de 20 años. Y agrega: “Por suerte ahora, con el cambio de estación, las cosas van a mejorar considerablemente. Poco a poco las ventas aumentarán”.
 Las flores crecen, los árboles reviven y el paisaje de embellece. Las cámaras suenan y suenan, pero los buenos tiempos todavía no se acercan.
 Aunque el dinero les falte y los turistas no les dirijan ni una sola mirada, ellos no pierden las esperanzas. Se muestran atentos, expectantes, o mejor dicho, a la pesca. No quieren dejar pasar por alto ningún tipo de venta, ya que ella les puede alegrar el fin de semana e incluso hasta el mes entero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario